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Las preocupaciones eran tener que rendir algunos exámenes, dejando los que menos nos gustaban para lo último, tener algo de ropa para el fin de semana y por supuesto depender de la voluntad paternal o materna para contar con unos pesos extras, si bien a esa edad hacía 4 años que trabajaba, al vivir con mi Madre y mi hermana así como cobraba le daba "el sobre" a mi mamá (claro que ella siempre me lo "devolvía" con creces).
Siempre he mantenido el pensamiento que cuando nos quejamos del comportamiento de nuestros hijos, tanto cuando son chicos como cuando son adolecentes, es simplemente por que no tenemos memoria, tendemos a menospreciar la importancia de sus sentimientos y acciones medidas desde una perspectiva desmemoriada con la longitud de su edad, pero recuerdo perfectamente que el amor para con una niña, adolecente o mujer a lo largo de mi vida era vivido con la misma intensidad a los 8, 12, 18, 25 o 40 años, lógico que hablamos de intensidad de sentimientos solo cambian las formas como cambia nuestra manera de pensar, pero era tan importante a los 12 como a los 30...
Esto también podemos aplicarlo a los problemas, a cada edad los suyos y en una u otra la intensidad era la misma, no es raro escuchar a algún padre regañar a sus hijos diciendo...
- ¡ problemas son los míos, trabajar, pagar las cuentas, poner un plato de comida en la mesa, no los de salir un día a bailar, o quejarme por no tener ropa de marca ! - bla, bla, bla.
! Y con todo esto nos alejamos sin darnos cuenta de nuestros hijos y todo ¿ por que ?, si señor... por no tener buena memoria.
Recuerdo esa noche como si fuera hoy, decidimos con mi gran amigo Marcelo ese fin de semana ir a bailar, contando con la compañía de 3 chicos más de la barra, el flaco julio que era tan despistado que vivía metiendo la pata cada dos segundos, y eso nos hacia matar de la risa !, el "negro Hugo" que era el imitador oficial de la barra, conocía a alguien y a los minutos ya lo estaba imitando con una fidelidad envidiable, y "Charly" que junto a un servidor eramos los bailarines de la barra...
Entramos al "boliche" y como siempre primero Marcelo en punta, siendo el más encarador y ganador de la barra, nosotros lo seguíamos de cerca tratando de aprender del "maestro" y a la pesca de las amigas que dejaba en el camino...La alcance a distinguir desde la barra del boliche tomando como siempre mi whisky con ananá, pantalón del tipo "piel de durazno" color "ladrillo" un cuerpo escultural, una cola impresionante, pelo más bajo de la cintura y el toque de gracia , ¡ bailaba extraordinariamente bien !.
La miré por un rato sin decidirme a invitarla a bailar, se ve que estaba con una señora "mayor" (desde nuestra perspectiva de muchacho de 17 años) que luego me enteré era la madre, lo cual me llamó mucho la atención, muy pocas chicas eran en ese entonces acompañadas por sus madres.
Después de un rato de observación del terreno me animé a buscarla para bailar, me acerque a ella con cierto aire de seguridad (era mucho mas linda de cerca!), y desde luego la pregunta obvia...
- ¿ bailas ? -
- ¡ si ! - contesto con premura para mi sorpresa, nos dirigimos a la pista, y esa noche los ángeles estaban de mi lado... ¡ los lentos !.
Ya nos encontrábamos en medio del baile (literalmente hablando), así que no nos quedo otra, la envolví con mis brazos y ella se colgó de mi cuello como buscando cierta seguridad, me miraba directamente a los ojos como con cara extrañada lo cual me perturbada un poco, tratando de cortar el hielo pregunte,
- ¿ que edad tenes ? -
- 19 - contesto sin dejar de mirarme.
- no parece - repare,
- ¿ y vos ? - preguntó,
- 17 - dije a lo que agregó
- La verdad es que vos tampoco pareces de 17 - imagine que lo diría por las más de dos cabezas que le sacaba de estatura, con la conversación las cosas se iban aflojando junto con mis manos a las cuales ella subía nuevamente casi de manera natural, supe que era de San Isidro, que le gustaba bailar, me confeso que me había estado observando otras veces y le gustaba mucho como bailaba, que estaba esperando que la sacara a bailar... le pregunte por que me miraba de esa manera insistente a lo que me respondió.
- ¿ cuantas personas pueden tener la puntita de la nariz chata como que le faltara un pedacito i con un lunar en el medio ?-, le dije que nunca había reparado en ese detalle, le confese que me parecía muy bonita... mientras mis hormonas me ordenaban avanzar hacia territorios inexplorados, mis manos volvían a bajar de su cintura por su parte trasera, cuando de repente sentí sus manos en mis muñecas con firmeza, se dio media vuelta y me dejó plantado en el medio de la pista !
Y ese mis amigos fue el final de mi segundo encuentro !
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